SALUDO DEL CONSILIARIO SUPERREGIONAL

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SALUDO DEL CONSILIARIO SUPERREGIONAL

ENS? ¿qué es eso? No lo he oído nunca” - dije con cara de vicario recién aterrizado en una realidad que me superaba por todas partes. - “Pues a partir de ahora vas a escucharlo mucho” - me dijo sonriente el párroco. Y tanto que lo oí, yo provenía de una parroquia de Valencia capital y había estado muy en contacto con distintas realidades eclesiales, pero nunca había tenido la oportunidad de vivir lo que suponía un movimiento de espiritualidad conyugal que potenciara de una manera tan clara el don recibido en el sacramento del matrimonio y en mi caso del orden sacerdotal. Ya no se trataba de reunirse para hablar de temas, ni siquiera para compartir la vida en general, se trataba de ayudarnos en comunidad a renovar, profundizar, compartir y testimoniar lo más grande que se nos ha concedido después del bautismo, nuestra vocación particular.

En la parroquia había un gran número de equipos y el párroco y yo, éramos los consiliarios de casi todos ellos. Tal vez desde fuera no se entiende que uno sea consiliario de 13 equipos, pero en el terreno es comprensible y he de confesar que muy hermoso. De eso hace casi 18 años.

Hoy ya no pertenezco a tantos equipos, ahora soy consiliario de tres: el de “toda la vida”, con el que llevo casi 15 años, otro que comencé con los amigos de mi parroquia de origen, pero al que el hecho de terminar viviendo en Castellón, Valencia, Mallorca, Miami…  está dificultando “un poco” poner fechas para reunirnos, y a partir de ahora del Equipo Superregional. En todo este tiempo he de reconocer que en los equipos he podido vivir en primera persona la experiencia de ser esa tierra en la que el sembrador no deja de esparcir la semilla a pesar de los momentos en los que me he sentido al borde del camino, o ahogado por las zarzas, o viviendo las cosas desde la superficialidad, o dando el 10%… en esos momentos el equipo ha sido presencia de ese Buen Sembrador que no le ha dolido tener la sensación de perder la semilla conmigo.

Tal vez por eso, por tanto recibido, es difícil no estar disponible ante lo que se te pide desde el movimiento y en este caso animado y confirmado por el Arzobispo de mi Diócesis de Valencia: ¿Cómo dudar?

Os confieso que ante este nuevo servicio vivo con mucha alegría el saber que formo parte de una gran familia en la que cada uno, desde su lugar, quiere vivir en fidelidad a la llamada de Dios y con mucho ánimo el creer que esto no es cosa de organizadores, ni de líderes, sino de creyentes, de hermanos que codo a codo y con la mirada puesta en Jesús, siguen caminando.