La pedagogía de los Equipos de Nuestra Señora se centra en la perfecta unión de las distintas dimensiones del ser humano. La dimensión personal y conyugal, a partir de una serie de herramientas que despiertan verdaderas y profundas actitudes en nosotros (los puntos de esfuerzo), y la dimensión social, desde la vivencia en el seno de un equipo y en un movimiento junto a otros equipos.
La vida en equipo nos permite crecer en nuestra espiritualidad personal, matrimonial y familiar a partir de la convivencia con los demás. Somos seres sociales y necesitamos experimentar en sociedad. La vida en equipo tiene dos momentos fundamentales cada mes. El más importante de ellos es la reunión en equipo. Los matrimonios y el consiliario nos reunimos en casa de una de las parejas para orar, compartir cómo ha sido nuestra vivencia espiritual a lo largo del mes, exponer nuestros avances y dificultades en los puntos de esfuerzo y profundizar y formarnos espiritualmente a través del tema de estudio.
El otro momento especial de vida en equipo es la reunión de amistad. En estas reuniones podemos conocernos mejor unos a otros, en un ambiente más distendido, profundizando en nuestros lazos de unión. Esto nos permite, efectivamente, construir equipo. Pasar poco a poco de ser un grupo que se reúne a convertirnos en una comunidad espiritual que camina al unísono.
El punto fuerte de la pedagogía de los ENS son precisamente los puntos concretos de esfuerzo. Son un medio que el movimiento, ya desde sus inicios, pone como herramientas a cada pareja y cada equipista para que el camino de espiritualidad emprendido resulte verdaderamente efectivo y permita el crecimiento personal y matrimonial.
Estos medios son:
- La escucha asidua de la Palabra de Dios; alimentarnos de la Palabra nos hace crecer.
- La oración personal; ponerse delante del Señor, para un verdadero encuentro con Él.
- La oración conyugal y familiar, nos sitúa juntos como matrimonio ante el Señor y nos ayuda a ir a su encuentro.
- El diálogo conyugal o deber de sentarse; dedicar un tiempo al mes para un verdadero dialogo conyugal bajo la mirada de Dios.
- La regla de vida; un trabajo sobre nuestra personalidad para corregir los aspectos negativos y mejorar los positivos.
- El retiro anual; ponerse cada año ante el Señor si es posible en pareja para reflexionar y planificar la vida en su presencia.