El dia de Reyes
Para mí, el día de Reyes ha sido siempre el día que más me gustaba del año. En casa, se vivía con mucha ilusión, mi madre preparaba una bandeja bien bonita con dulces navideños y unas copitas de la cristalería especial y poníamos los zapatos de mis padres y los nuestros en el salón, la noche de más nervios, cuando no tenías nada de sueño pero te querías dormir rápidamente para que los Reyes no te cogieran despierto. Cuando me despertaba, siempre la primera, los Reyes habían escondido los zapatos por toda la casa y en cada uno había un regalo. Esta tradición la hemos mantenido nosotros durante los 40 años que llevamos casados con nuestros hijos y nuestras nietas y seguimos viviendo este día con la máxima ilusión.
De la misma manera y dejando un poquito a un lado esos regalos de niños, esos que eliges con la mayor ilusión en tu carta, centrémonos en los grandes regalos que nos ha hecho el Señor en nuestras vidas, empezando por nuestro cónyuge, pilar fundamental en nuestro camino hacia la santidad, hablamos del gran regalo del matrimonio y de la espiritualidad conyugal. Dios nos ha regalado a esa persona para que nos hagamos santos uno al otro y a nuestro equipo, otro pilar de nuestra vida espiritual con el que tenemos la suerte de participar en la iglesia.
Os invitamos a, en este nuevo año lleno de esperanza, a meditar las palabras del Papa: “Adorar es poner al Señor en el centro de nuestras vidas, si nos arrodillamos ante Jesus, venceremos la tentación de ir cada uno por su camino . Adorar es querer estar con el Señor sin la lista de peticiones».
Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aquí parad, que aquí está quien luz a
los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.
Nati y Jose Maria SE-120