LA INNMACULADA CONCEPCIÓN - Llena de Gracia

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LA INNMACULADA CONCEPCIÓN - Llena de Gracia

Nos plantearnos tres cuestiones fundamentales:

¿Por qué podemos hacer  esa afirmación refiriéndonos a la Virgen María? 

¿Encontramos alguna explicación en la Sagrada Escritura?

¿Cómo ha sido la evolución en el tiempo de esta verdad de nuestro Credo?

   La expresión llena de gracia está en la Biblia. La recoge el evangelista San Lucas, en el versículo 26 del Capítulo primero de su libro del Evangelio cuando está narrando el anuncio del Arcángel San Gabriel a María de que ha sido elegida por Dios para ser la madre de Jesús, el Salvador. En las palabras del Ángel aparece esa expresión. El texto de estos versículos del Evangelio dice:   … el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Entró el ángel adonde ella estaba y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Al oír estas palabras María se sobresaltó y se preguntaba qué significado tendría ese saludo. Y el ángel le dijo: No temas María, porque gozas del favor de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y llamado Hijo del Altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob por todos los siglos, y su reinado no tendrá fin. María dijo al ángel: ¿Cómo puede suceder eso si no convivo con ningún varón?  El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altís00imo te cubrirá con su sombra, por eso el niño que de ti nacerá será santo y llamado Hijo de Dios. Para Dios nada es imposible- Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que era estéril, está ya en el sexto mes. Entonces María respondió: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y en ese momento la dejó el ángel.

   Estas palabras del Arcángel Gabriel las repetimos al rezar el Ave María. Comenzamos con un saludo lleno de reverencia: Dios te salve. Luego la expresión que nos sirve de lema: Llena eres de gracia. Y  continuamos con la afirmación: el Señor está contigo, que tiene un enorme contenido como hemos visto en el texto sagrado de San Lucas: El Señor le pide a María que acepte ser la madre del Redentor y le asegura que se realizará de un modo milagroso y extraordinario. Las palabras que siguen en el Ave María Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre (en el mismo Libro primero, versículo 42) las pone San Lucas en labios de Isabel; es su saludo a María cuando ésta llega a su casa para asistirla en los tres meses finales del embarazo. Finalmente el nombre: Jesús, como el ángel le indicó a María que era la voluntad de Dios (versículo 31).

   Llena de gracia significa que María nunca estuvo sujeta al pecado. Tampoco al pecado original. Por tanto desde el primer momento de su concepción fue liberada por Dios del pecado. Es lo mismo que decir que siempre, desde el momento de ser concebida estuvo en gracia de Dios. Pero la doctrina que sostiene que María, Madre de Jesucristo Nuestro Señor, fue concebida sin pecado original, aunque muy aceptada por el Pueblo de Dios, no aparece explícitamente en los Evangelios, ni en general en la Biblia. “No es posible extraer de la Biblia pruebas directas, categóricas, ni concluyentes sobre el dogma de la Inmaculada Concepción de María”  (Enciclopedia Católica). No puede extrañar, por tanto, que hayan existido tantas dificultades para su aceptación por todas las Iglesias cristianas. En la Biblia sólo encontramos algunas alusiones, poco explícitas, a la concepción sin pecado de Nuestra Señora la Virgen María. Pueden verse en el Génesis, 3, 15; Isaías, 7, 14; en la 1ª carta de San Pablo a los Corintios, 15, 21 y 22; o en el Apocalipsis, 12, 1 a 17. De ahí que, atribuir a María Virgen el privilegio de haber sido concebida sin pecado original, haya sido una cuestión teológica que ni fácil ni unánimemente se acepte. A las dificultades propias de su entendimiento, se añade otro obstáculo importante consistente en haberla vinculado a la espinosa cuestión del pecado original.

   El concepto de pecado original a lo largo de los siglos ha sido un tema discutidísimo hasta el punto de originar en la Iglesia multitud de divisiones y cismas. Los padres de la Iglesia y los teólogos trataron de dar una explicación plausible. Se defendía que ciertamente no se trata de un pecado personal y se discutía cómo puede atribuirse este pecado a toda la humanidad.  Hay quienes resuelven el problema simplemente negando su existencia. Así Pelagio, que terminó siendo condenado como hereje en el Concilio de Cartago el año 417. Más adelante, en el Concilio de Trento, el Decreto 1563, con una formulación  complicada, declara que deben ser condenadas las doctrinas que nieguen la existencia del pecado original. Creo que la dificultad del tema del pecado original puede medirse si consultamos el Catecismo de la Iglesia Católica (página 93, apartado 396).

   Por eso, no es extraño que tengamos que avanzar en la historia de la Iglesia hasta el año 1854 para que se produzca una declaración explícita sobre la doctrina que mantiene que la Virgen María fue concebida sin pecado original. He aquí el texto:

Para honra de la Santísima Trinidad, para alegría de la Iglesia católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.

   Son las palabras con las que la carta apostólica Ineffabilis Deus del Papa Pío IX define el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. El día 8 de diciembre, día de su promulgación, celebramos todos los años esta Fiesta grande en honor de la Santísima Virgen María.

   La Inmaculada y Sevilla. Creo que este tema es ineludible. Como no podía ser de otro modo en el pueblo cristiano de Sevilla se reproducen las mismas discusiones y polémicas que en el resto de la Cristiandad sobre la concepción inmaculada de la Virgen María. Entre los eclesiásticos hay dos posturas claramente definidas: Eran favorables los franciscanos y contrarios los dominicos. Entre estos se encontraba un Padre llamado Molina que fue objeto de la sátira popular porque el pueblo llano no aceptaba que se pusiese en duda el privilegio de María. Por eso manifestó su contrariedad en unas letrillas muy expresivas. Aunque le pese a Molina, a los padres de Regina (su convento, hoy desaparecido) y a su Padre provincial, María fue concebida sin pecado original.

   Podemos destacar que Sevilla fue la primera ciudad del mundo en solicitar la declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Las Hermandades y Cofradías pugnaban por anticiparse unas a otras en hacer votos y adoptar acuerdos en defensa de este privilegio mariano, Así en 1511 la Hermandad Sacramental del Sagrario de la Catedral metropolitana, o en 1620 la Hermandad del Silencio. Puede, en verdad, llamarse ciudad mariana como consta en su escudo heráldico que data de 1248, año de su reconquista por el Rey San Fernando. Es la razón por la que Sevilla está llena de monumentos y de obras de arte dedicados a la Inmaculada. No olvidemos que en Sevilla nació Murillo, cuyos mejores cuadros concepcionistas se conservan en la ciudad, particularmente en su Museo Provincial y en la Catedral. Que igualmente son muchísimas las esculturas que la representan sea en la Catedral, en su entorno (como la Pura y Limpia del Postigo del Aceite o la erigida en la Plaza del Triunfo entre el Alcázar y la Catedral). Esta es una Virgen Inmaculada inspirada en otra obra de Murillo que se conserva en el Hospital de los Venerables próximo a dicha plaza. Fue bendecida el 8 de diciembre de 1918. Es tradición, que cada año reciba el homenaje de las Tunas universitarias en la noche de la víspera del día 8 de diciembre.

   En general, en toda la ciudad se conservan obras  de otros muchos artistas que dedicaron su atención a ensalzar la Concepción Inmaculada de María (Ribera, Martínez Montañés o Zurbarán, por citar sólo a los que parecen más importantes). Es imposible enumerarlos a todos. ¿Está o no justificado que Sevilla sea considerada como la ciudad más mariana del mundo? ¿O que se la considere como la tierra de María Santísima?

   Para terminar resulta obligado elevar una oración a la Llena de Gracia diciendo como se expresa en las Letanías: ¡ MADRE INMACULADA RUEGA POR NOSOTROS ¡

 

Enrique y María Isabel Seco Gordillo. SE 21 A.