El Señor está aquí y te llama
Queridos equipistas: apoyados por el libro del Padre Caffarel «EN PRESENCIA DE DIOS. Cien cartas sobre la oración»*, continuamos profundizando en nuestra oración.
Continuamos el itinerario:
18 de marzo, «El Señor está aquí y te llama » Cap. 1
«» (Carta 8)
A pesar de nuestra buena voluntad, la oración a veces no es como la desearíamos. Pero si nuestro ser profundo está centrado en Dios, nuestra oración será verdadera.
La Oración es como los sacramentos; su valor y su eficacia son de orden sobre natural y, por tanto, escapan a la medida de los hombres.
La Oración es un acto complejo; en él participa la totalidad del hombre: el cuerpo, el alma, la inteligencia, el corazón, la libertad.
¿Qué es lo esencial de la oración? Lo esencial es la voluntad.
Cuando nuestro ser profundo se vuelve hacia Dios, y se abandona hacia Él, libre y deliberadamente, entonces la oración es verdadera, incluso aunque nuestra sensibilidad esté inerte, nuestra reflexión sea pobre o nuestra atención, distraída.
La oración que surge de nuestro ser profundo debería movilizar todo lo que somos. Nada nuestro debería permanecer ajeno a nuestra oración, tampoco a nuestro amor.
Oh, tú que habitas en el fondo de mi corazón…
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Quiero lo que tú quieres en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Alabado seas Tú, Señor, en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto Tu casa en el fondo de mi corazón,
Reúne el universo en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Yo me ofrezco a tu amor en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Ábreme sobre el mundo en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Que surja tu alegría en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Glorifica tu santo nombre en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Guárdame de todo mal en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Abismo de luz en el fondo de mi corazón.
Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,
Hazme vivir de ti en el fondo de mi corazón.
Después de elevar esta hermosa oración que él compuso, reza por la canonización del Siervo de Dios Henri Caffarel. Desde el fondo de nuestros corazones, imploramos al Señor por cada uno de ustedes y por sus familias.
ORACIÓN POR LA CANONIZACIÓN DEL P. CAFFAREL
Dios, Padre Nuestro,
Que pusiste en el corazón de tu siervo Henri Caffarel,
un impulso de amor que le unía sin reserva a tu Hijo
y le inspiraba para hablar de Él.
Profeta de nuestro tiempo,
enseñó la dignidad y la bondad de la vocación de cada uno
según la llamada que Jesús nos dirige a todos: "Ven y sígueme".
Él despertó el entusiasmo de los cónyuges
ante la grandeza del sacramento del matrimonio,
imagen del misterio de unidad y de amor fecundo entre Cristo y la Iglesia.
Enseñó que sacerdotes y matrimonios
están llamados a vivir la vocación del amor.
Guio a las viudas: ¡El amor es más fuerte que la muerte!
Impulsado por el Espíritu
dirigió a muchos creyentes por el camino de la oración.
En presencia de Dios inspirados por el Padre Caffarel.
Matrimonio en misión: Somos uno, somos tres 3 de 3
Poseído por un fuego devorador, estuvo lleno de Ti, Señor.
Dios, Padre nuestro,
por la intercesión de nuestra Señora
te pedimos que aceleres el día
en que la Iglesia proclame la santidad de su vida,
para que todos descubran la alegría de seguir a tu Hijo,
cada cual según la vocación del Espíritu.