En presencia de Dios inspirados por el Padre Caffarel

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En presencia de Dios inspirados por el Padre Caffarel

Introducción:

Queridos amigos, apoyados por el libro del Padre Caffarel «EN PRESENCIA DE DIOS. Cien cartas sobre la oración»[*], continuamos profundizando en nuestra oración.

 

Continuamos el itinerario:

18 de febrero, «Mi Padre y yo obramos sin césar» Cap. 2 «Creer en el sol» (Carta 11)

 

En la oración no estás solo. Dios está en ti. Dios actúa y su intervención es mucho más importante que la tuya.

Cuando tomas el sol no tienes que hacer nada para que el sol te caliente y te penetre, sólo necesitas estar allí y ofrecerte a su irradiación. Lo mismo ocurre con la oración; se trata de exponerse al sol.

Lo que importa es nuestra fe. Sólo ella percibe la acción santificadora de Dios, solo ella nos abre y nos entrega a esta acción.

No comiences nunca tu oración sin tomar consciencia de Dios presente y hablarle.

Estar a solas con Dios, cara a cara, corazón con corazón.

De tu perseverancia depende que Dios, poco a poco, te transforme, te divinice.

 

 

Oh, tú que habitas en el fondo de mi corazón…

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Quiero lo que tú quieres en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón, Alabado seas Tú, Señor, en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto Tu casa en el fondo de mi corazón,

Reúne el universo en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Yo me ofrezco a tu amor en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Ábreme sobre el mundo en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Que surja tu alegría en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Glorifica tu santo nombre en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Guárdame de todo mal en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Abismo de luz en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Hazme vivir de ti en el fondo de mi corazón.

 

Después de elevar esta hermosa oración que él compuso, reza por la canonización del Siervo de Dios Henri Caffarel. Desde el fondo de nuestros corazones, imploramos al Señor por cada uno de ustedes y por sus familias.

ORACIÓN POR LA CANONIZACIÓN DEL P. CAFFAREL

Dios, Padre Nuestro,

Que pusiste en el corazón de tu siervo Henri Caffarel,

un impulso de amor que le unía sin reserva a tu Hijo

y le inspiraba para hablar de Él.

Profeta de nuestro tiempo,

enseñó la dignidad y la bondad de la vocación de cada uno

según la llamada que Jesús nos dirige a todos: "Ven y sígueme".

Él despertó el entusiasmo de los cónyuges

ante la grandeza del sacramento del matrimonio,

imagen del misterio de unidad y de amor fecundo entre Cristo y la Iglesia.

Enseñó que sacerdotes y matrimonios

están llamados a vivir la vocación del amor.

Guio a las viudas: ¡El amor es más fuerte que la muerte!

Impulsado por el Espíritu

dirigió a muchos creyentes por el camino de la oración.

Poseído por un fuego devorador, estuvo lleno de Ti, Señor.

Dios, Padre nuestro,

por la intercesión de nuestra Señora

te pedimos que aceleres el día

en que la Iglesia proclame la santidad de su vida,

para que todos descubran la alegría de seguir a tu Hijo,

cada cual según la vocación del Espíritu.

 

 

[*]  Editorial:  PPC, ISBN 13: 978-84-288-2852-9