En presencia de Dios inspirados por el Padre Caffarel

ens

En presencia de Dios inspirados por el Padre Caffarel

Introducción:

Queridos amigos, apoyados por el libro del Padre Caffarel «EN PRESENCIA DE DIOS. Cien cartas sobre la oración»[*], continuamos profundizando en nuestra oración.

 

Continuamos el itinerario:

18 de abril, «El que se adhiere a Dios forma con él un solo espíritu» Cap. 10 «La oración de una mujer humilde» (Carta 97)

 

¡Pobres de nosotros que somos tan ricos en técnicas y métodos de oración! No seguía ningún método para hacer oración, como tampoco para sonreír.

«Al inicio de la oración siempre pienso que Dios tiene su idea y quiere algo de ese tiempo que voy a pasar cerca de él. Entonces quiero lo que él quiere y ya no busco más. Esa es toda mi oración».

Es suficiente con adherirse a la voluntad de Dios. Abandono a lo que el Señor hará y consentimiento incondicional a lo que pedirá y amor consistente en ceder en nuestro interior todo el lugar a ese Dios al que amamos.

¿Por qué no me contento con querer con todas mis fuerzas lo que Dios quiere en lo más hondo de mí y dejo que esa voluntad divina se apodere totalmente de la mía? Entonces seguro que no me equivocaré y no dejaré de pasar de lado el deseo de Dios, tanto en lo que atañe a los otros y también en lo que se refiere a mí; estaré segura de ofrecerle la oración exacta que espera de mí.

 Esta vez me inundó la paz, una paz hasta lo más profundo.

 


 


Oh, tú que habitas en el fondo de mi corazón…

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Quiero lo que tú quieres en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón, Alabado seas Tú, Señor, en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto Tu casa en el fondo de mi corazón,

Reúne el universo en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Yo me ofrezco a tu amor en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Ábreme sobre el mundo en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Que surja tu alegría en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Glorifica tu santo nombre en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Guárdame de todo mal en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Abismo de luz en el fondo de mi corazón.

Oh, Tú que has puesto tu morada en el fondo de mi corazón,

Hazme vivir de ti en el fondo de mi corazón.

 

 

Después de elevar esta hermosa oración que él compuso, reza por la canonización del Siervo de Dios Henri Caffarel. Desde el fondo de nuestros corazones, imploramos al Señor por cada uno de ustedes y por sus familias.


 

ORACIÓN POR LA CANONIZACIÓN DEL P. CAFFAREL

Dios, Padre Nuestro,

Que pusiste en el corazón de tu siervo Henri Caffarel,

un impulso de amor que le unía sin reserva a tu Hijo

y le inspiraba para hablar de Él.

Profeta de nuestro tiempo,

enseñó la dignidad y la bondad de la vocación de cada uno

según la llamada que Jesús nos dirige a todos: "Ven y sígueme".

Él despertó el entusiasmo de los cónyuges

ante la grandeza del sacramento del matrimonio,

imagen del misterio de unidad y de amor fecundo entre Cristo y la Iglesia.

Enseñó que sacerdotes y matrimonios

están llamados a vivir la vocación del amor.

Guio a las viudas: ¡El amor es más fuerte que la muerte!

Impulsado por el Espíritu

dirigió a muchos creyentes por el camino de la oración.

Poseído por un fuego devorador, estuvo lleno de Ti, Señor.

Dios, Padre nuestro,

por la intercesión de nuestra Señora

te pedimos que aceleres el día

en que la Iglesia proclame la santidad de su vida,

para que todos descubran la alegría de seguir a tu Hijo,

cada cual según la vocación del Espíritu.

 

 

[*]  Editorial:  PPC, ISBN 13: 978-84-288-2852-9