Corpus Christi

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Corpus Christi

Corpus Cristi, calles alfombradas con romero y altares en rincones estratégicos del recorrido.

Cierro los ojos y veo a mi padre con su mejor traje a punto de salir corriendo hacia la Catedral para poder celebrar la misa del Corpus Christi. Mi madre se termina de arreglar, repasa mi ropa y me coge de la mano para ir con ellos.

Desde chica viví este día como un día especial para toda la familia cristiana. Mis padres me enseñaron la importancia de este día. No es un jueves cualquiera, no es un día normal. Es un día grande, me decía mi padre. Es el día de la Iglesia, me decía mi madre. Y tan bien me lo enseñaron que, aún lejos de ellos, hoy día soy yo la que les digo a mis hijos: hoy es un día grande, hoy es el día de la Iglesia.

Jueves de Corpus Christi, uno de los tres jueves mas grande de la Iglesia junto al Jueves Santo y el jueves de Ascensión. Jueves donde no falta el sol y si faltase, no importa, porque es tan importante lo que se celebra que las nubes se tornan de algodón y la lluvia, gotitas del amor de Cristo.

¡Cuánto nos amó Cristo que nos dejó la Eucaristía en conmemoración suya!. Nos enseñó a partir el pan y a compartir el vino, nos enseñó a vivir en comunidad, nos enseñó a darnos a los demás, a compartir con los demás.

Este jueves 11 de junio celebramos esta instauración, celebramos el gran amor de Cristo. Y debemos llevar esta celebración no solo a los gestos y símbolos que nos ayudan a entender este amor, sino que debemos llevar esta celebración a nuestras vidas cotidianas, a nuestras familias, a nuestros trabajos, a nuestro círculos de amigos y a todos aquellos que nos rodean.

El día del Corpus Christi nos debe hacer pensar en el tiempo que Cristo dedicaba a todos aquellos que lo necesitaban. Sí, nos debe hacer pensar en el tiempo, en nuestro tiempo, en el tiempo que dedicamos a los demás.

Estamos viviendo una época en donde a la fuerza hemos tenido que cambiar el ritmo que llevábamos. Muchos hemos tenido que parar todas nuestras costumbres y hemos tenido que amoldar nuestra casa para que sea 'el todo' para nosotros: el lugar de encuentro familiar, el lugar de trabajo, el lugar de esparcimiento, el lugar....

Hemos tenido la oportunidad de compartir nuestro tiempo con los seres que más queremos de una forma distinta, hemos pasado 24 horas junto a ellos sin otra cosa más que estar con ellos.

Espero que esta situación nos haya unido como familia y traspolándolo a la celebración de hoy, espero que hayamos aprendido a compartir nuestro tiempo y a valorar el tiempo que pasamos con los demás.

Compartamos nuestro tiempo, compartamos nuestro pan y nuestro vino con todos los que necesitan de un ratito nuestro, desde el hijo pequeño al desconocido con el que nos cruzamos o nos volveremos a cruzar cuando paseemos por la calle.

Un abrazo muy grande y espero que el tiempo que he dedicado a estas líneas nos ayuden a todos a celebrar con gran ilusión la instauración de la Eucaristía, el momento en que Cristo simbolizó su entrega a los demás.

Fali y Miriam

Equipo 120 – Sector A