Colegio Superregional Enero 2018
El Colegio SR celebrado en enero ha sido una nueva oportunidad para los responsables regionales y el equipo SR, junto con sus consiliarios, de acompañar y de dejarse acompañar. De volver a caer en la cuenta de que cada uno, desde su responsabilidad, camina junto al resto por mucha distancia que exista entre sus regiones y hogares. Desde la misma acogida, después de pesados viajes dificultados en varios casos por las adversas condiciones meteorológicas que hubo ese fin de semana, ya pudieron reconocer a Jesús en cada uno de los que hasta la casa del Cristo del Pardo iban llegando. Cada uno con sus cargas y dificultades, que no son pocas.
En la oración de la noche, antes del retiro para descansar, todos pusieron en manos del Señor la necesidad que tienen de su ayuda. Y es que Él no llama a prestar un servicio cuando uno considera que le conviene. Para Él, los tiempos son otros y lo que espera de cada uno muchas veces ni se intuye. Pero así lo manifestaron y Él se hizo presente en el colegio durante todo el fin de semana.
Así, en su presencia, fueron compartiendo a lo largo del sábado las luces y las sombras de cada región, aquello de lo que hay que dar gracias y aquello en lo que se debe rezar más para poder reconocer la oportunidad que se presenta. Esas oportunidades que sin esa mirada de Jesús no tienen sentido ni son reconocidas como tales, sino como graves contratiempos y dificultades de las que, a veces, es difícil salir.
De esta manera se pudo ver cómo en varias regiones está poniéndose en marcha la iniciativa de “Siempre ENS” para equipos de veteranos que han perdido por el camino algunos matrimonios o que mayoritariamente están formados por viudas y algún viudo. También hubo un momento para compartir la cercanía que el movimiento está encontrando en muchas diócesis en las que se confía en los ENS para prestar algunos servicios propios del carisma de los equipos, como acompañamientos a novios, prematrimoniales, formación e información sobre la espiritualidad conyugal.
El camino hacia Fátima está ya muy avanzado y aunque no se ha podido completar el cupo asignado, aquellos que se han podido inscribir, están muy ilusionados por este Encuentro Internacional y con muchas ganas de poder vivir esta experiencia que siempre se define como las mejores jornadas formativas sobre el carisma a las que un equipista podría asistir.
También se compartió la realidad de que poco a poco los párrocos van conociendo el movimiento y enamorándose de él. Y esto es una gran noticia, aunque no sea generalizada y esté irregularmente repartida por toda la geografía, pero lo cierto es que la implicación de los sacerdotes diocesanos está resultando la mejor herramienta de difusión a día de hoy. En muchas regiones se hace un gran esfuerzo por presentar el carisma en los seminarios y esa “semilla” acabará germinando y dando fruto cuando uno menos se lo espera.
También es cierto que hay otras regiones donde la presencia de sacerdotes diocesanos entre los consiliarios es todavía escasa. Con toda seguridad, y poco a poco, la experiencia de aquellos que viven el carisma de complementariedad sacramental, irradiará y se extenderá, animando a aquellos que no lo tienen tan claro. Este debe ser un campo de oración para todos los equipistas: comprometerse en pedirle al Señor, en primer lugar, vocaciones para su Iglesia y, sin duda, los consiliarios comprometidos, llegarán.
Por último, todo el Colegio SR compartió su preocupación por las dificultades que está habiendo para la realización de las distintas jornadas previstas en el plan de formación. Particularmente preocupa todo el proceso de transición entre el pilotaje de los nuevos equipos y su incorporación al movimiento, articulado en torno a los Encuentros de Equipos Nuevos (EEN). Se acordó tratar este tema más en profundidad en las jornadas de formación de pilotos de febrero – de las cuales tenéis también reseña en este número–. En todo caso, la acogida de un nuevo equipo es una tarea coral y que no solo corresponde a unos pilotos o a un matrimonio responsable de sector, sino que es tarea de todos los equipistas, comenzando por los propios equipos nuevos, los que deben dar lo mejor de cada uno y comprometerse para hacer de la comunidad (el equipo, el sector) un lugar de encuentro. Ahí hay otro campo de oración para todos.
Con la eucaristía del domingo concluyó el colegio SR de enero. Ya de regreso a casa todos coincidían en destacar el magnífico ambiente y la fraternidad existente en el colegio, por lo que daban gracias a Dios por mostrarse tan cercano y accesible en cada uno de los responsables regionales y consiliarios que participaron en el colegio.